Las diferencias más notables ente hombres y mujeres

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Las diferencias más notables ente hombres y mujeres

Dicen que las mujeres son de Venus y los hombres son de Marte. Las mujeres suponen un misterio insondable para los hombres, y nosotras nos preguntamos continuamente qué pasa con ellos.

Es evidente que existen muchas diferencias entre hombres y mujeres, pero hoy te hablaremos de las más importantes para que te ayuden a entender un poco mejor al género masculino.

A pesar de las diferencias evidentes, en general, los rasgos de personalidad de las mujeres compensan o se complementan con los de los hombres. De esta manera, las relaciones se equilibran y se enriquecen mutuamente. Estas diferencias en los rasgos hacen que se cree un equilibrio en la naturaleza humana.

Las mujeres somos más sensibles

Una de las principales diferencias entre hombres y mujeres es la sensibilidad, mucho más desarrollada en el género femenino.

Parece que la madre naturaleza se encargó de dotarnos con una buena carga de calidez y ternura para que pudiésemos cuidar de nuestros indefensos bebés durante el tiempo suficiente para que la especie no se extinguiese. Es una gran responsabilidad que nos pertenece a las mujeres: nuestra función de madres condiciona nuestros rasgos y nuestra naturaleza. La de los hombres les hace más objetivos e imparciales.

Por eso, somos más cariñosas, más detallistas, más responsables y soportamos mejor el dolor que los hombres, porque todos estos rasgos son indispensables para ser madres y criar a nuestros pequeños. La sensibilidad nos permite ser más pacientes y también disfrutar de las cosas de manera mucho más intensa, hace que seamos más comprensivas y cálidas, pero también firmes y obstinadas.

Al estar poco familiarizados con la amplísima variedad de sentimientos que manejamos las mujeres, parece lógico que a los hombres les cueste distinguir entre diferentes sentimientos. Las señales emocionales pueden confundirles a menudo y por eso suelen ser más impulsivos y tomar decisiones irracionales o irresponsables con más frecuencia que las mujeres.

Y eso se traduce en el resto de los sentidos también: ellos pueden distinguir menos tonos de color; tenemos el olfato y el oído más sensible; somos más hábiles a la hora de distinguir formas y texturas con las manos... Eso sí, su capacidad visual a la hora de encontrar objetos inusuales es mucho mayor, lo que les permite reaccionar antes en situaciones de peligro.

Los hombres se comunican menos

Uno de los aspectos en los que más diferencias entre hombres y mujeres se observan es en la comunicación verbal. El modo de comunicarnos se corresponde con nuestros rasgos y condiciona nuestro modo de relacionarnos con los demás.

Por eso, los hombres consiguen más, mejor y más rápido con sus palabras que las mujeres. Es probable que a ellos se les escapen muchos detalles que a nosotras nos parecen imprescindibles, pero hay que admitir que suelen ser más eficaces a la hora de solucionar los problemas con mucha menos conversación. Son más estables, permanecen atentos y no se pierden en detalles. Por eso, salen airosos de las discusiones con más facilidad.

Las mujeres tendemos a ser más tercas, queriendo decir la última palabra o generando una nueva discusión irrelevante a partir de un comentario. A los hombres se les presupone más razonables y objetivos, ya que la sensibilidad no les nubla la vista a la hora de tomar decisiones. Las mujeres tienen que luchar mucho más para imponer su criterio o hacer valer sus ideas, por lo que están acostumbradas a pelear cada batalla y los triunfos son más valiosos.

Los hombres tienden a llevar sus conversaciones hacia la competencia o la distribución del poder con mucha más facilidad que las mujeres. Las relaciones sociales, los vínculos familiares, las relaciones de pareja y todo lo relacionado con los sentimientos son los temas de conversación preferidos de las mujeres.

Las mujeres maduramos antes

Y los hombres no madurarían nunca si dependiese de ellos. Las mujeres tenemos un cerebro más pequeño y con un 4% menos de neuronas, pero mejor distribuido y con mejor riego sanguíneo. Sobre todo en el hipocampo, que se encarga de la memoria, y la parte del córtex prefrontal, que es el área que se encarga de regular la planificación, la organización, el control de los impulsos, y la capacidad para aprender de nuestros errores.

No es de extrañar pues, que las mujeres sean más hábiles planificando, organizando y distribuyendo, y sean capaces de aprender y mejorar con más facilidad.

Por eso son excelentes jefas y están mentalmente más capacitadas que los hombres para ejercer el liderazgo.

Y también por eso somos más familiares y nos preocupa mucho más que la nevera esté llena, los platos limpios y la ropa planchada, porque nuestro instinto natural nos hace ocuparnos de mejorar nuestro espacio, nuestra calidad de vida y la de los que nos rodean.

Infieles y celosos...

Otra de las diferencias entre hombres y mujeres que más polémica genera son la infidelidad y los celos. Parece que no cabe duda que los hombres son más infieles que las mujeres, y que a nosotras nos cuesta muchísimo más romper vínculos que a ellos.

Lo curioso es que además los hombres son más celosos que las mujeres. Les cuesta muchísimo más superar una infidelidad que a las mujeres, sobre todo si los motivos son sexuales y no sentimentales.

La seguridad del hombre en sí mismo está íntimamente ligada a su sexualidad. Debemos entender que lo natural es que los rasgos de la personalidad de los hombres estén de acuerdo con su función dentro de la naturaleza y la sociedad. Pero ellos también deben entenderlo para llegar a un equilibrio en el que nadie salga perjudicado.

Vivimos más

Pero también nos preocupamos más. El autocontrol hace que las mujeres se preocupen más por ellas mismas, su aspecto y su salud, se cuiden, acudan al médico...

Esto hace que las mujeres tengan una esperanza de vida mayor que la de los hombres, pero también provoca que se preocupen más y que sufran los consiguientes estados de angustia, ansiedad y depresión que afectan casi al doble de mujeres que de hombres.

Además, el cerebro masculino produce un 52% más de serotonina que el de las mujeres, por lo que es lógico que a las mujeres nos cueste más superar la tristeza y el decaimiento.

Tenemos más memoria pero nos orientamos peor

Otra diferencia importante entre hombres y mujeres es la memoria, por eso recordamos fechas, nombres, sentimientos y detalles con más facilidad. Y por eso a ellos siempre se les olvida nuestro aniversario.

El hipocampo femenino es superior al masculino en todos los tipos de memoria excepto en uno: el procesamiento visual y espacial, que es el que les permite orientarse con más facilidad, aunque también les hace más reacios a pedir indicaciones, ya que les resulta más difícil darse cuenta de que están perdidos.

La naturaleza nos ha hecho diferentes a todos, y debemos aprender a entendernos desde el respeto. Parece que tantas diferencias entre hombres y mujeres tienen un objetivo concreto y que nos hacen evolucionar para convivir mejor los unos con los otros.

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