Cómo actuar cuando hay fiebre

Valora este artículo
(4 votos)
2880
Cómo actuar cuando hay fiebre

Cuando nuestro bebé tiene fiebre siempre tendemos a preocuparnos, a menudo en exceso. Averiguar si se trata de fiebre, saber actuar o tratar la fiebre en niños, son algunos de los dilemas a los que nos enfrentamos habitualmente.

La fiebre en niños es mucho más común de lo que desearíamos, especialmente hasta los 3 años. Es frecuente que venga acompañada de episodios protagonizados por catarros, estirones, crecimiento de los dientes... No te preocupes. Hoy intentaremos resolver todas tus dudas para que puedas afrontarla sin angustias.

¿Qué es la fiebre?

La fiebre es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo. Sirve para luchar contra una infección, en la mayoría de los casos provocada por virus o bacterias, y forma parte del proceso natural del organismo para atacar a los microorganismos invasores.

La fiebre se produce como respuesta, ya que la temperatura alta de nuestro organismo favorece la generación de anticuerpos y el bombeo más rápido de la sangre hasta la zona en la que se localiza la infección.

Además de la temperatura elevada, podrás observar algunos otros síntomas que suelen aparecer con la fiebre en niños: aumento del ritmo cardíaco o del ritmo respiratorio, escalofríos, ojos llorosos, mejillas sonrosadas o falta de energía.

En algunos casos excepcionales, la fiebre puede provocar también convulsiones, temidas y muy escandalosas, pero tampoco revisten mayor peligro y suelen desaparecer hacia los cinco años.

¿A partir de cuándo se considera fiebre en bebés?

La temperatura normal del cuerpo humano puede variar de una persona a otra, pero generalmente suele estar entre los 36.5º y los 37.5º. A partir de esta temperatura se denomina febrícula, y a partir de los 38º ya podemos empezar a hablar de fiebre en niños.

En el caso de los bebés, su temperatura es un poco más alta que la de los adultos, aproximadamente medio grado, por lo que la febrícula se inicia a los 38º y se considera fiebre a partir de los 38.5º.

La temperatura puede variar casi un grado dependiendo de dónde se coloque el termómetro. Puedes tomar la temperatura en la axila, en la ingle o incluso en el recto. La de la ingle sería la más adecuada, ya que se encuentra a medio camino entre la de la axila, que es la más baja, y la anal, que es la más alta.

Nuestro cerebro es el que modula la temperatura corporal y, del mismo modo que la aumenta para facilitar la lucha contra los virus y bacterias, también impide que ascienda más allá de los 42ºC. Por ese motivo, aunque haya fiebre alta en niños, el daño cerebral queda excluido.

¿Debo bajarle la fiebre?

La fiebre de los niños es una reacción normal del cuerpo a la infección, y no debemos considerarla un problema, sino un medio eficiente para luchar contra un agresor externo.Cómo actuar cuando hay fiebre

Como siempre, en estos temas existen varias posturas, aunque cada vez está más extendida, entre los profesionales, la que apunta a que tratar la fiebre no acorta la duración de la misma. Es más, los últimos estudios científicos reflejan la posibilidad de agravar la enfermedad por los efectos adversos que pueden llegar a producir ciertos medicamentos.

¿Cuándo debo consultar con el pediatra?

Los estados febriles suelen desaparecer una vez transcurrido un periodo máximo de entre 48 y 72 horas. Si no fuese así, no dudes en llevar a tu hijo al pediatra.

Consulta también a tu pediatra si tu bebé alcanza los 40º, sobre todo si tiene mal aspecto, se encuentra irritable, somnoliento, no se conoce el origen de la infección o la fiebre le sube rápidamente.

Si aparecen convulsiones, una erupción en la piel de tu bebé o tiene fiebre alta antes de que cumpla los seis meses, es recomendable que sea tu pediatra quien valore su estado de salud.

¿Cómo bajar la fiebre en niños?

Si la fiebre sube demasiado o muy rápido, es probable que el pediatra te recete un jarabe analgésico y antitérmico. Son el mejor medio que tenemos para bajar la fiebre en niños. Además de calmar su malestar, este tipo de medicamentos bajan la temperatura aproximadamente un grado, y nunca más allá de la temperatura normal del cuerpo.

Consulta siempre a tu pediatra antes de administrar cualquier medicamento a tu bebé. En los casos leves, con una llamada suele bastar.

Si quieres calmar las molestias del bebé, lo más recomendable es el uso de analgésicos como el paracetamol y el ibuprofeno, pero no olvides que carecen de efecto contra las causas de la infección que provocan la fiebre.

No le des nunca Aspirina o Ácido Acetilsalicílico antes de los 16 años: está asociada a casos raros pero muy graves de Síndrome de Reye.Cómo actuar cuando hay fiebre

Para evitar que la fiebre alta en niños ascienda demasiado y que se encuentren incómodos, es recomendable aligerarles un poco la ropa. No le abrigues demasiado a la hora de dormir, y comprueba su temperatura con frecuencia.

Si quieres también puedes meterle en la bañera para controlar la temperatura y prolongar el tiempo de baño, pero mejor con agua templada, nunca fría.

Lo más importante, administrar a tu hijo constantemente líquidos, para evitar una posible deshidratación.

Nuestra concepción de la fiebre como enemigo al que hay que vencer a toda costa, ha traído consigo viejas creencias y costumbre que resultan poco recomendables. Ni hielo, ni compresas de alcohol, ni infusiones, ni friegas son recomendables o efectivos para bajar la fiebre alta en niños.

Debemos empezar a ver la fiebre como nuestra aliada para vencer las enfermedades, en vez de luchar contra ella. Hidratar y controlar, deben ser tu misión principal.

La fiebre sólo debe bajarse cuando suba demasiado y el pediatra te lo recomiende. No te angusties más durante los periodos de fiebre alta de tus niños.

Más... Salud, Educación

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias mediante el análisis de tus hábitos de navegación. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso. Puedes cambiar tus preferencias de privacidad u obtener más información a continuación.